Amos a ver.
Hay cosas que parecen buena idea…
Hasta que no lo son.
Y lo sabes cuando ya es tarde.
Como comer caracoles en mayo.
Que tú los ves ahí, tan monos, tan de campo, tan “esto seguro que es sano y natural”…
Y si lo haces ¡zasca!: te pasas el día en el baño con el alma en huelga.
Por eso el refrán de mi tierra, Aragón, gente sabia:
"Si comes caracoles en mayo, prevén el escaño”.
Porque claro, ¿qué pasa en mayo?, pues que están en época de cría.
Y comértelos en mayo es como invitar al desastre a tu estómago.
Y aquí viene la parte seria:
Con el tiempo pasa igual:
Tú crees que puedes con todo.
Que hacer mil cosas a la vez es de cracks.
Que no delegar es de valientes.
Que “ya descansaré el finde”.
Y no.
Lo que estás haciendo es comerte caracoles en mayo.
Sin darte cuenta de que el escaño (ya sabes, la visita larga al baño) te está esperando a la vuelta de la esquina…
En forma de estrés.
De agotamiento.
De cabreo contigo mismo por llegar tarde a todo.
Yo no quiero eso para ti.
Y por eso he montado un método que no te revienta el estómago ni la cabeza.
Te libera.
10 5 horas a la semana.*
Limpias.
Vivas.
Sin crías dentro.
Para pensar, para respirar, para hacer menos… pero mejor.
P.D. Si sigues tragando tareas fuera de temporada, luego no te quejes del atracón.
*Lo mismo que si quieres conseguir de golpe 10 horas a la semana, he rebajado a 5, para que el esfuerzo sea la mitad (y el precio también), que sí, que las 10 también se pueden, pero no me seas ansias... Te cuento dentro del curso.
P.D. 2 Este curso “Más Vale Maña Que Fuerza” para ganar tiempo está apunto de abrir. Y las plazas no durarán mucho. Tú decides si te lo pierdes… o te lo comes sin sustos. Sigue atente por aquí: