Hay días en los que la lista de tareas parece la muralla china. Larga, agobiante y lo peor, sin sentido aparente. Vas tachando una cosa tras otra como si fueras ganando una guerra. Pero al final del día, ¿qué ha cambiado realmente?
Porque una cosa es tener una lista, y otra muy distinta es que esa lista te acerque a lo que quieres. Muchos confunden productividad con dirección. Y así, entre reuniones que no llevan a ningún lado, y recados que podrías haber delegado, te metes en una rueda donde haces, sí, pero no avanzas.
El crecimiento personal no se mide por la cantidad de tareas completadas, sino por el sentido de lo que haces.
Hay semanas en las que haces poco… pero eso poco te coloca mejor que años de hiperactividad sin foco.
No es que el hacer esté mal, es que el hacer por hacer te desconecta de ti.
Y eso lo veo en sesiones de coaching.
Gente valiosa, trabajadora, entregada, que vive al ritmo de un checklist que otros marcan.
Hasta que un día paras. Preguntas. Te preguntas. Y ahí empieza el camino bueno.
Porque no se trata de dejar de hacer, sino de hacer con dirección. Con sentido. Con autoliderazgo. De a pocos. Y sobre todo hacer con método.
¿Quieres saber más sobre ese método? Te lo cuento aquí:
Cita:
“No confundas movimiento con progreso. Un caballo puede correr en círculos todo el día y no llegar a ningún sitio.”
—Will Rogers
4 preguntas para hacer y avanzar:
¿Qué cosas haces cada semana que no te acercan realmente a lo que deseas?
¿Qué estarías haciendo si pudieras eliminar esa lista de tareas eternas solo por un día?
¿Qué cambiaría en tu estado de ánimo si hicieras solo lo que te hace crecer?
¿Qué acción pequeña podrías probar esta semana que te dé una sensación de avance real?
Y ya sabes, si respondes a estas preguntas… tengo una quinta guardada solo para ti
P.D. Si responder a estas preguntas te hace sudar más que tu lista del lunes… vamos bien.
P.P.D. No todo lo urgente es importante. No todo lo importante debe ir a una lista.
Un abrazo con Método.
Chema Portero “El Coach de Substack”